La terapia con apitoxina o terapia a base de veneno de abejas, es para muchos estudiosos un excelente medicamento natural, el veneno en estado líquido, recién extraído, es un líquido claro, casi incoloro, aromático de reacción ácida y es una terapia muy antigua que se mantiene vigente; aunque antes se utilizaba la abeja como aguja directa al cuerpo, ahora la tecnología perite que se extraiga el veneno sin causar daño al insecto.
Según detalla el ingeniero Carlos Litwin, representante del Laboratorio-farmacia del Lago del Estero de Argentina, quien ha dedicado una vida al estudio de las abejas y las bondades de su veneno, la terapia con apitoxina da resultados que en muchos casos superan a los medicamentos alópatas.
“Hay enfermedades como la artritis que es una enfermedad crónica degenerativa que no hay medicamento que pueda detenerla, simplemente quitan el dolor pero tienen efectos adversos, en cabio el veneno de abeja cuando es utilizado correctamente detiene la enfermedad, mejora la calidad del cartílago afectado y el paciente pasa a tener una mejor calidad de vida… se pueden tratar con esta terapia la fibromialgia, artrosis, el problema del nervio ciático, el problema de esclerosis múltiple, alzheimer, parkinson, que son las enfermedades que más se están tratando”.
Pese a ser un tratamiento naturista que generalmente no genera efectos negativos, debe ser utilizado en dosis adecuadas y bajo vigilancia de profesionales de la medicina con fines terapéuticos, pues una sola aplicación podrían desarrollar un shock anafiláctico, que puede poner en riesgo la vida del paciente, para esto el profesional tratante debe estar capacitado para enfrentar este tipo problemas, el uso práctico de la apitoxina y las investigaciones realizadas han demostrado beneficios extraordinarios en la salud de las persona.
Además de tratar con efectividad el dolor y algunas enfermedades, el veneno de abeja se aplica para fines estéticos. “El veneno de abeja se utiliza también en cosmetología para mejorar la calidad de la piel, para disminuir las arrugas y también es un producto que se vende para mantener el sistema inmunológico en óptimas condiciones”, detalló el especialista de visita por Guadalajara, en donde estará ofreciendo un curso este sábado 31 de mayo.
Según investigaciones realizadas los apicultores el contacto permanentemente con el veneno de las abejas, hacen que se tenga menor riesgo de padecer enfermedades como: la artritis, artrosis, asma bronquial, soriasis y cáncer. El consumo de los productos de la colmena y las picaduras de las abejas hacen que los apicultores tengan un promedio de vida por encima de la media de la población, una vida más sana y saludable en general.
El utilizar sólo de la apitoxina en los tratamientos de apiterapia, no da los resultados esperados, es necesario utilizar todos los productos de la colmena como la miel, el polen, el propóleo, el pan de abejas, la jalea real, la cera e incluso las larvas. En estos productos se encuentran un porcentaje altísimo de principios activos.
“Hay inyecciones que es el método más efectivo y se refuerza con un producto tomado, pero también hay pomadas, cremas y una gran variedad para productos hechos en base al veneno de abeja”, detalló Litwin.
La apitoxina o veneno de abejas que producen las obreras, es extremadamente complejo, tiene tres características: una inflamatoria, otra convulsionante y una tercera paralizadora, según el Profesor Ernesto Uturbey es una mezcla de 5 sustancias enzimáticas.
Cabe destacar que el tratamiento es económico, y no es considerado un medicamento, sino un tratamiento naturista; es recomendable optar por los productos procesados y que garantizan no dañar a la abeja, y evitar aquellos donde aún se le apuesta al piquete directo de la abeja al cuerpo del paciente ya que el insecto muere inmediatamente.
http://www.cronicajalisco.com/notas/2014/16495.html
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