El estado de Yucatán desestimó el permiso dado a Monsanto para permitir el cultivo de esta soja
en el mes de junio de justo hace dos años, en el 2012, que permitía la
plantación de este tipo de planta genéticamente modificada. El permiso
dado de primeras conllevaba a que se pudieran plantar más de 253 mil
hectáreas, rechazando las protestas de miles de agrícolas y apicultores
mayas, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y el
Instituto Nacional de Ecología.
Hay que tomar en cuenta que México es el sexto mayor productor y tercer mayor exportador de miel del mundo. Cerca de 25000 familias del estado de Yucatán dependen de la producción de miel, y esta región produce el 40% de la miel del país, la cual es exportada mayoritariamente a la Unión Europea con un valor de 54 millones de dólares de miel mexicana.
Los motivos son múltiples, ya que estos tipos de cultivos como la soja o mismamente el maíz, han sido manipulados genéticamente para resistir al glifosato, el activo de uno de los pesticidas más importantes de Monsanto. Hay algunos que mantienen que el glifosato posee un riesgo para la salud humana y de los animales, aunque Monsanto y otros lo rechazan abiertamente.
Los dos juicios que han determinado y rechazado finalmente el cultivo de esta enorme cantidad de hectáreas, han sentado un precedente que ayudará a los granjeros y ecologistas para tomar acciones legales contra este tipo de cultivo modificado que quiere imponer a toda costa Monsanto.
Publicado Por Manuel Ramírez El
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