La investigadora Marzia Boi propone potenciar la apicultura para que la presencia de abejas evidencie que el medio ambiente está sano
La investigadora Marzia Boi, profesora de Botánica de la UIB, estuvo ayer en Ibiza en un curso de apicultura sostenible y llamó a la concienciación. La apicultura tiene futuro e incluso puede convertirse en un reclamo turístico, dice, pero para ello hay que preservar las abejas. Si estas desaparecen, lo hará la agricultura y con ella la humanidad. Propone eliminar los venenos y optar por la lucha biológica.
PEP RIBAS | IBIZA El importante reclamo medioambiental de las abejas puede convertir la práctica de la apicultura en un potencial turístico de primer orden. «Las abejas no tienen hígado, por lo que se mueren al mínimo contacto con algún veneno. Por esto su presencia es un indicativo de que viven en un ambiente sano. Las abejas son el mejor controlador de nuestro medio ambiente». Así se expresa la bióloga italiana Marzia Boi, doctora en Palinología (estudio del polen) y profesora del laboratorio de Botánica de la Universitat de les Illes Balears (UIB), que ayer cerró en el centro cultural de Puig d´en Valls un curso de apicultura sostenible.
Boi considera que para un destino como cualquiera de Balears, la práctica de la apicultura puede ser un importante reclamo turístico, dado que la presencia de abejas será siempre indicativo de calidad medioambiental, lo que está muy valorado por quienes visitan un lugar para hacer turismo. «Pienso que es importante fomentar la normalidad de ver abejas, porque esto significa que el aire es sano y si ellas sobreviven, nosotros podemos seguir disfrutando de un ambiente saludable», afirma la investigadora.
El curso de apicultura sostenible ha sido organizado por el Consell en colaboración con la Associació d´Apicultors d´Ibiza y ha contado con la asistencia de unas 40 personas de diferentes edades, la mayoría apicultores profesionales o aficionados de diferentes municipios de la isla.
La doctora Boi, experta en el estudio del polen, inició su intervención explicando que la apicultura, una técnica de cuidado de las abejas para extraer la miel y otros productos aprovechables por el hombre, procede del antiguo Egipto. Allí se practicaba, tal como se revela en testimonios escritos en las pirámides, y desde allí se extendió por el continente africano y por el resto del mundo, pasando, naturalmente, por las islas de Ibiza y Formentera.
Aunque actualmente las técnicas han evolucionado, en esencia, la práctica de la apicultura es lo mismo de siempre: «Las abejas son animalitos que el hombre pone en su casa y los cuida, como si tuviese un rebaño de ovejas, pero hay que pensar que son animales salvajes y siempre tienen tendencia a volver a su entorno. Tanto si las colmenas son de madera como si son de plástico, las abejas hacen el mismo trabajo que si lo hicieran en un tronco de árbol vacío», comenta Boi.
Para la ponente, la gran importancia del papel que juegan las abejas en la naturaleza reside en «el gran favor que hacen a la agricultura», ya que la polinización de las plantas agrícolas que usa el hombre en todo el mundo depende en un 80 por ciento de la acción de estos insectos. «Cuando hablamos de abejas –apunta– no nos referimos solo a las melíferas, sino a todas. Einstein ya predijo en su día que si todas las abejas del mundo se extinguieran, también lo haría la raza humana. Lo vio así un científico que, hasta la fecha está cargado de razón».
Uso agrícola de tóxicos
En su charla se refirió también a los diferentes tipos de miel que se producen en las islas, condicionadas por la vegetación mediterránea y se refirió a su vez a los procesos tóxicos que afectan a las abejas, que han reducido sustancialmente la cabaña apícola y que amenazan con la desaparición de la especie.
La científica se muestra convencida de que, aunque existen varios factores que pueden incidir en las plagas que afectan a estos insectos, el uso agrícola de sustancias tóxicas es responsable de esta situación en un grado muy elevado.
La prueba de este postulado está en que, si bien las plagas han afectado a amplias zonas del planeta, no han incidido en el continente africano, que es donde nació la apicultura, por la sencilla razón de que allí no se usan pesticidas ni herbicidas tóxicos en las prácticas agrícolas.
Marzia Boi cree que una isla como Ibiza es el lugar ideal para pasar a convertirse en un paraíso apícola. Bastaría con eliminar los productos tóxicos de la agricultura y apostar completamente por la lucha biológica. Una sencilla modificación del sistema que se puede lograr en un plazo de dos años. «Se trata de un proceso de cambio en la política agrícola que no es muy largo, pero hay que hacerlo, de lo contrario, moriremos. Las abejas ya lo están haciendo y después moriremos nosotros y nuestros hijos, no existe otra solución», afirma tajantemente.
La profesora se expresa con seriedad: «No es una profecía de Nostradamus. Tenemos que concienciarnos», concluye.
FUENTE:http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2013/03/17/potencial-turistico-abejas/609545.html
TAMBIEN PUBLICADO EN http://beatrizachaval.blogspot.com.ar/2013/03/espana-el-potencial-turistico-de-las.html
ES MI OPINION QUE LA TIENEN DEMASIADO CLARO. ESTAN EN UNA ISLA Y LA DEBEN CUIDAR.... PARA TODOS LADOS HAY AGUA... SI SE CONTAMINA EN EXCESO ES SU PROPIO EXTERMINIO...
EDMUNDO F. GABÚS TOGNOLA
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