sábado, 28 de enero de 2012

Etiquetado de alimentos transgénicos en Estados Unidos

EL MAYOR FUE MODIFICADO GENETICAMENTE
Cada vez son más las voces que piden el etiquetado de alimentos transgénicos en  los  Estados Unidos, de igual modo, algunos estados pretenden que se ponga en marcha una legislación que obligue a ello y ofrezca mayor transparencia e información a los consumidores. Un ejemplo que podemos citar es el salmón transgénico, recordemos que se aprobó un proyecto de ley por el Comité de Salud de California, para que, en el caso de que este alimento modificado genéticamente se aprobara, se etiquetará convenientemente. Como decíamos entonces, esta iniciativa podría sentar precedente y adoptarse en otros estados y con otros alimentos transgénicos.
En esta ocasión es el estado de Washington el que quiere poner en marcha una legislación que etiquete todos los alimentos modificados genéticamente para que los consumidores puedan estar informados y decidan si quieren o no consumir este tipo de alimentos. De momento es sólo una propuesta legislativa, pero si se aprueba, se pondría en marcha en el año 2014 y obligaría a la industria alimentaria a etiquetar todos los transgénicos, se incluyen en la propuesta las correspondientes sanciones por incumplimiento de la legislación. Posiblemente la industria agroalimentaria intentará por todos los medios frenar esta iniciativa, sobre todo sabiendo que los transgénicos están presentes en más de un 80% de los alimentos envasados de Estados Unidos.

Hasta la fecha, los consumidores no saben realmente qué es lo que están comiendo, esto es algo que denuncian quienes están a favor de etiquetar los alimentos, la verdad es que no se puede obviar el derecho a saber qué es lo que se come. No estamos hablando de seguridad alimentaria, de estudios a favor o en contra de los alimentos modificados genéticamente o las polémicas en torno a este tema, al margen de estas cuestiones, el etiquetado debería ser obligatorio, ya que de lo contrario se veta el derecho a elegir.
Con respecto a la legislación que obligaría al etiquetado de alimentos transgénicos en Estados Unidos y concretamente en el estado de Washington, a través de este enlace (Proyecto de Ley) podemos conocer algunos de los puntos que lo reivindican. Se destaca que la ingeniería genética de plantas y animales a menudo tiene consecuencias no deseadas, o que la manipulación de genes y su inserción en organismos (alimentos) es un proceso impreciso cuyos resultados no son siempre predecibles o controlables, y sus consecuencias pueden ser la provocación de problemas en la salud o el medio ambiente. Pero como decíamos, y para ser imparciales, no es necesario basarse en las posibles consecuencias negativas de un alimento para informar a través de la etiqueta que se trata de un producto transgénico, desgraciadamente la política establecida por la FDA (Food and Drug Administration) desde el año 1992, indicando que no existe diferencia sustancial o material entre un alimento tradicional o un alimentos modificado genéticamente, dio pie a obviar el informar a los consumidores.
Quizá un alimento transgénico, según la evaluación de algunos investigadores, pueda ser totalmente seguro (cada cual puede opinar como quiera), pero teniendo en cuenta que se trata de un alimento relativamente nuevo, fruto de la manipulación genética y que otros investigadores rechazan advirtiendo sobre las consecuencias de su producción y consumo, implica que se hayan generado dos posturas en relación a la seguridad-alimentaria y medioambiental. Por tanto, debería informarse a los consumidores (si lo hubieran hecho en su momento quizá hubiera sido un paso de confianza), y que tengan la posibilidad de elegir decantándose por los productos que quiera consumir según sus creencias, filosofía, opinión, modo de vida, etc.
Como sabemos, este tipo de productos se desarrollan indicando que con ellos se mejora la rentabilidad y la productividad de las cosechas, se puede mejorar la capacidad para poder desarrollarse en condiciones climáticas o entornos adversos, ser más resistentes frente a enfermedades y plagas, o soportar la acción de algunos herbicidas como el Roundup, cuyo principal componente activo es el glifosato, entre otras cuestiones. Cada punto es discutible y existen estudios científicos que en algunos casos cuestionan dichos beneficios, un ejemplo es la rentabilidad, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Kansas analizó la productividad estadounidense de cereales y la conclusión fue que los-alimentos-transgenicos-no-son-tan-productivos como cabría esperar. Al respecto sería interesante retomar la lectura de los tres capítulos del post Ventajas e inconvenientes de los alimentos transgénicos..-
Pero sin desviarnos del tema, a través del artículo publicado en Food Safety News podemos leer que existe una gran y creciente preocupación, los consumidores se conciencian y quieren saber qué es lo que comen, quizá el Proyecto de Ley (que toma como modelo la legislación del etiquetado en California) no salga adelante ahora, pero antes o después tendrán que poner en marcha un etiquetado transparente si se pretende que los consumidores confíen en el sistema de producción estadounidense de alimentos, de hecho, cada vez se suman más estados a la idea de etiquetar los alimentos modificados genéticamente. Desgraciadamente en el Congreso estadounidense hay poca voluntad y muchas iniciativas se quedan en agua de borrajas.
Los opositores al etiquetado transgénico indican que es una medida innecesaria que lo único que haría es alarmar a los consumidores, al respecto os recomendamos leer el post :La regulación europea de los alimentos transgénicos es poco democrática, algo que se puede aplicar a Estados Unidos. Nos quedamos con una conclusión interesante, la FDA sigue utilizando ideas del siglo diecinueve para regular los alimentos del presente, centrándose únicamente en los rasgos que los consumidores pueden detectar a través de los sentidos, pero las preferencias de los consumidores no se basan únicamente en la percepción sensorial, también en preocupaciones relacionadas con el cuidado del medio ambiente y la salud, los problemas sociales, el bienestar animal, etc.
Repetimos, al margen de muchas cuestiones, el etiquetado de alimentos modificados genéticamente debería ser obligatorio, del mismo modo debería serlo para los alimentos clonados o aquellos que se han desarrollado utilizando la nanotecnologia

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