Un
investigador de la Universidad de Indiana, EE.UU., y sus colaboradores
publicaron el primer análisis exhaustivo de las bacterias intestinales
que se encuentran en las abejas reinas.
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De
acuerdo al estudio “Characterization of the honey bee microbiome
throughout the queen-rearing process” -publicado en la revista Applied
and Environmental Microbiology- el desarrollo del microbioma en las
abejas melíferas es contrario al desarrollo del microbioma en muchos
mamíferos.
“En muchos animales, la transmisión del microbioma proviene de la madre”, dijo la co-autora del estudio, Irene L.G. Newton, quien es profesora asistente de biología de la Universidad de Indiana.
“En el caso
de la abeja melífera, se encontró que el microbioma en las abejas
reinas no reflejaba el de las abejas obreras, ni siquiera en la
descendencia de la reina o sus ayudantes. De hecho, las abejas reinas
carecen de muchos de los grupos de bacterias que son considerados como
el núcleo del microbioma de las obreras”, añadió.
Y
es que las abejas melíferas adquieren sus bacterias intestinales tanto
del entorno como de su contexto social, fenómeno conocido como
“transmisión horizontal”. Así, en una colonia sana, las abejas obreras
suelen adquirir sus bacterias intestinales a través de la interacción
con los microbios dentro de la colmena, incluyendo la materia fecal de
las abejas adultas. Mientras, el aislamiento de la reina de la suciedad y
la mugre de la vida cotidiana en la colonia puede explicar la
diferencia en su microbioma.
Además,
y a diferencia de otras abejas, las reinas continúan consumiendo jalea
real hasta su madurez, en lugar de la miel y el “pan de abeja” que es
consumido por las obreras.
“De
alguna manera, el desarrollo del microbioma de la abeja reina refleja
el de las obreras, con las bacterias asociadas al desarrollo larval de
la reina parecidas a las encontradas en las larvas de las obreras”, dijo Newton.
“Pero, en el momento en que maduran, las reinas desarrollan un microbioma distinto del resto de la colonia”, agregó.
Cabe
señalar que el estudio de Newton siguió el desarrollo del microbioma de
la abeja reina en cada punto del proceso de cría comercial, desde la
etapa larval hasta su emergencia como adultos capaces de reproducirse.
Asimismo, los científicos estudiaron la interacción de las poblaciones
de obreras con las reinas en cada momento de su desarrollo, incluida la
introducción de las reinas a las nuevas colonias, una práctica común en
la apicultura comercial. Al final del proceso, el ADN recogido de las
tripas de las abejas fueron secuenciados y analizados.
A
raíz de lo anterior, el estudio sugiere que las prácticas de la
apicultura moderna en la que las abejas reinas regularmente son
removidas de sus colonias de origen y se introducen en nuevas colmenas,
no perjudica la salud de la colonia.
“La
investigación no proporciona evidencia de que los apicultores que
reemplazan regularmente sus reinas provenientes de fuentes genéticas
externas perjudiquen sus colonias mediante la interrupción de la
micro-fauna del intestino de una colonia en particular. En muchos
sentidos, estas conclusiones son muy tranquilizadoras para el sector de
la apicultura y la producción comercial”, indicó.
Dato
La
Apis mellifera -o abeja melífera occidental- contribuye de manera
significativa a la agricultura, ayudando en la polinización de uno de
cada tres alimentos a nivel mundial. La comprensión del rol de los
microbios en la productividad de las abejas reinas y la salud de las
colonias de abejas puede proporcionar información decisiva sobre el
declive de las abejas en los últimos años, con pérdidas de colonias de
hasta un 40% en invierno.
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vegetta
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