¿Picadura de
abeja o apitoxina inyectable?
: revisión y
análisis de las evidencias.
SOCIEDAD COLOMBIANA DE APITERAPIA
La
apiterapia es un sistema terapéutico que se basa en el uso de los productos de
la colmena con el fin de prevenir y tratar enfermedades. El veneno de abejas
(apitoxina) es uno de ellos y de los que con mayor frecuencia se utilizan
dentro del manejo con la apiterapia. La apitoxina es una sustancia compleja
pudiendo identificarse más de 50 componentes activos entre ellos péptidos y
aminas biogénicas (1).
El uso de la
apitoxina remonta a los inicios de la sociedad. En ese entonces la aplicación
se realizaba mediante la picadura directa de la abeja, este método incluso es
empleado en la actualidad por muchos profesionales (2). Recientemente se han
diseñado dispositivos que permiten la extracción de la apitoxina de tal suerte
que no es indispensable la aplicación únicamente mediante la picadura y ha
permitido la generación de nuevos productos para suministrar esta sustancia.
Es
controversial el análisis de cuál método de aplicación es mejor (picadura de la
abeja o inyección de apitoxina previamente extraída), algunos expertos
consideran que podrían existir ventajas con la picadura directa de la abeja,
otros con la aplicación inyectable. Los principales puntos que diferencian
estos métodos de aplicación son principalmente:
Composición
de la apitoxina
Usos y
aplicaciones clínicas
Efectos
secundarios y seguridad del paciente
Mitos en
torno a la aplicación con la picadura de la abeja
En este
artículo se abordan las principales diferencias basadas en la evidencia
científica disponible en la actualidad.
Composición de la apitoxina
Es un tema
de sumo interés desde hace más de 3 décadas. La introducción de los colectores
de apitoxina permitió la recolección eficiente de la misma con diferentes
fines. La caracterización de la apitoxina ha mostrado que la melitina
corresponde aproximadamente al 50% del peso seco del veneno, también se
presentan otros péptidos como la apamina y adolapina, que son de interés
terapéutico, y la fosfolipasa A2. Se reconoce que existen variaciones en la
composición del veneno de acuerdo a la región geográfica donde se ubique la
colmena y la sub-especie de abeja (3,4).
La apitoxina
que resulta de la extracción con dispositivos eléctricos contiene los
componentes de interés terapéutico en proporciones similares a los que resultan
luego de la picadura directa de la abeja, sin embargo, contiene menos de otras
enzimas que tienen implicaciones sobre la seguridad durante la aplicación de la
apitoxina (5). Recientemente incluso se han efectuado desarrollos que reducen
la concentración de componentes como la
fosfolipasa A2 responsable de varios de los efectos negativos que se producen
en la aplicación, como el dolor y rascado, sin comprometer su eficacia
terapéutica (6). Esto supone por supuesto una ventaja dado que reduce los
efectos secundarios y podría mejorar la adherencia al tratamiento sin
comprometer sus resultados terapéuticos. Teniendo en cuenta que la composición
de la apitoxina extraída y la picadura directa de la abeja es similar, en
términos de lo que es posible lograr desde el punto de vista terapéutico, no
existen diferencias significativas entre ellas, sin embargo, la aplicación
mediante la extracción previa del veneno permite la posibilidad de encontrar
métodos que reduzcan el sufrimiento de la abeja y el paciente durante la
aplicación.
Uso y
aplicación clínica
La utilidad
terapéutica de la apitoxina es amplia, diferentes condiciones han sido
exploradas al menos en su fase de investigación preclínica. Dentro de ellas se
encuentran: control del dolor (7), fibrosis tisular (8), modulación del sistema
inmunológico (9), antiviral (10) y antineoplásico (11). Sin embargo para estas
condiciones no siempre se utiliza la misma vía de administración. Por ejemplo
en el manejo de enfermedades infecciosas de origen viral es necesaria la
aplicación por vía intravenosa o en algunas condiciones de fibrosis es
necesaria la aplicación intramuscular. Es evidente que la picadura directa de
la abeja no permite la administración en este tipo de vías de administración ni
el control adecuado de la dosis que se aplica. Por este motivo existen ventajas
para la administración de apitoxina inyectable sobre la picadura directa ya que
permite una mayor versatilidad.
Efectos
secundarios y seguridad del paciente
La
aplicación de la apitoxina bien sea mediante a picadura directa de la abeja o
con apitoxina inyectable conduce al desarrollo de varios efectos secundarios.
Su aplicación produce dolor (90% de las personas), inflamación en el sitio de
aplicación (50%) y prurito (30% de los pacientes). Esto obliga a que todos los
apiterapeutas estén adecuadamente entrenados en su manejo. Se han realizado
descripciones amplias de efectos adversos graves en pacientes que sufren
picadura de abejas:
Muerte.
Recientemente se publicó el caso de una persona en quien se realizó el manejo
de apiterapia con la picadura directa de la abeja (12). Si bien el caso no describe con exactitud los
mecanismos fisiopatológicos que condujeron a este evento, permite analizar los
riesgos de la picadura: mayor composición de péptidos inductores de la
respuesta alérgica, presencia de gránulos de polen en el aguijón (que pueden
inducir alergia) y presencia de hongos, bacterias o virus. Esto mismo evita que
la picadura directa de la abeja sirva como prueba para la evaluación de la
alergia en las personas.
Infección.
Existen reportes de infecciones severas luego de la picadura de la abeja
(13,14). En algunos casos el aguijón de la abeja puede ser colonizado por
bacterias patógenas al ser humano. No existe forma descrita para controlar
esto.
La picadura de la abeja está relacionada con una
mayor proporción de eventos adversos y por este motivo se desaconseja su
aplicación.
Mitos en torno a la picadura directa
de la abeja
Algunos aspectos adicionales merecen
ser mencionados:
La abeja conoce en qué sitio picar. No
existe evidencia científica que lleve a pensar que la abeja posee un sensor que
permite identificar si una picadura es terapéutica o no.
La picadura de la abeja lo sana todo.
No existe evidencia que permita pensar que la picadura de la abeja lo cura
todo, al contrario, siempre debe emplearse bajo la racionalidad científica.
La picadura de la abeja es mejor que
la apitoxina inyectable. Como se describió previamente no existe evidencia
científica que respalde esa afirmación.
Conclusión
Existe controversia sobre si la
picadura de la abeja es mejor que la aplicación de la apitoxina inyectable. La
composición de la apitoxina en términos de sus efectos terapéuticos es similar
con la picadura y apitoxina inyectable mediante diversos métodos de
recolección, sin embargo, el veneno aplicado con picadura directa posee mayor
cantidad de alérgenos. Se han descrito reacciones adversas extremadamente
severas con la picadura directa de la abeja. No se aconseja, teniendo en cuenta
la evidencia científica disponible, la picadura directa de la abeja como método
de aplicación del veneno teniendo en cuenta que existe en la actualidad la
posibilidad de otros métodos de aplicación más seguros e igualmente efectivos.
Referencias bibliográficas
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fuente: https://apiterapia.com.co/picadura-de-abeja-o-inyeccion/
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